Hay iconos atemporales y eso es lo que me ha demostrado esta prueba del Volkswagen ID. Buzz. El que es uno de los vehículos más emblemáticos de la marca alemana ha regresado con una reinterpretación eléctrica que cuenta con la nostalgia como uno de sus puntos fuertes, pero ¿hay algo más allá? Eso es lo que he podido comprobar.
Es evidente que el rasgo diferenciador de este modelo es su nodo con la T1. Ahora bien, una marca siempre piensa en lanzar un producto viable para la actualidad y las cosas han cambiado mucho desde la llegada de aquella simpática furgoneta a mediados del siglo pasado. Por ello, Volkswagen ha tenido que adecuar algunas claves de los años 50 a las necesidades del 2022.
El resultado es el que veo delante de mí, con una unidad con pintura bicolor que combina los tonos Bay Leaf Green Metallic y Candy White. Aparcada junto a su predecesora de hace décadas, las diferencias estéticas son evidentes -y se amplían en el plano mecánico-, pero la esencia está ahí.
Echando un vistazo al diseño del Volkswagen ID. Buzz, veo similitudes respecto del modelo original en zonas como el frontal, muy vertical y caracterizado por el gran emblema de la marca en la parte central. Esta vez no viene acompañado de unas ópticas circulares, eso sí, sino de unas luces LED horizontales que se adentran levemente en las aletas.
Por otra parte, en el lateral también hay toques que caracterizaron a la T1, como las altas ventanillas y un eje delantero muy adelantado. Esto último es lo que ayuda a lograr una batalla de casi 3 metros -2.989 mm, para ser exactos- que promete una gran amplitud interior. Así, se separan notablemente unas grandes ruedas de 235/40 R20 delante y 265/45 R20 detrás.
Finalmente, echo un vistazo a la trasera, que me recuerda más a modelos de la marca como el Multivan. Aquí hay unos finos pilotos LED unidos, bajo los que se sitúa el gran emblema. Asimismo, destaca el gran portón que da acceso al maletero de 1.121 litros -ampliables hasta 2.205-, con unas puertas de doble hoja como opción en el ID. Buzz Cargo -con 3.900 litros de capacidad-.
Interior del ID. Buzz: minimalismo y espacio de sobra
Sea como fuere, es hora de subirme en el Volkswagen ID. Buzz, donde me encuentro con un habitáculo que destaca por su amplitud y luminosidad. En esto juegan un gran papel las superficies acristaladas, con un enorme parabrisas y unas ventanillas en el pilar A que ayudan a eliminar cualquier sensación de agobio. Aun así, tampoco hay grandes trucos: aquí hay mucho espacio.
De entrada, en este modelo contamos con 5 plazas en las que pueden viajar con total comodidad niños y adultos, pero también estará la opción de llegar a 7 asientos. Asimismo, ya he comprobado que el maletero es grande -está pensado incluso para dormir en él- y también hay huecos portaobjetos por doquier. Sin duda, será difícil verse “justo” aquí dentro en el día a día.
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Aun así, hay más que espacio en el interior del ID. Buzz. Por ejemplo, se presume de una huella neutra de carbono en cada unidad gracias a la utilización de materiales como la piel sintética -de buen tacto- y de plásticos reciclados. Por otro lado, en cuanto a la disposición de los elementos, es similar a la del resto de la gama ID. de la marca.
Esto quiere decir que en el centro se sitúa una pantalla central de 10” con mandos táctiles, así como otra para el cuadro de instrumentos que, no obstante, noto algo pequeña para mi gusto. Todo ello se sitúa sobre un salpicadero minimalista que aparece decorado en los colores de la carrocería, al igual que la tapicería y los paneles de las puertas.
¿Cómo se comporta?
De esta manera, en general las sensaciones dentro del Volkswagen ID. Buzzson agradables, tanto por amplitud como por la modernidad que transmite. Todo esto debería también repercutir en una experiencia de conducción más placentera, así que me dispongo a comprobarlo por las calles y carreteras de Copenhague.
Conduciendo por la capital danesa y llegando en un momento hasta la ciudad sueca de Malmö, puedo descubrir varias cosas de este eléctrico. Sin embargo, si tengo que destacar algo que me sorprenda especialmente es la diferencia entre sus cifras y su comportamiento.
Me explico: este modelo es el más grande fabricado sobre la plataforma MEBdel grupo para sus coches eléctricos. Mide 4.712 mm de largo, 2.212 mm de ancho y unos 1.927 mm de alto, con un peso de casi 2,5 toneladas. Sin embargo, al volante no lo parece en absoluto.
En marcha, el motor del ID. Buzz de 204 CV alimentado por una batería de 77 kWh mueve el coche con soltura y agilidad. Con una aceleración 0-100 km/h de 10,2 segundos y una velocidad máxima limitada a 145 km/h, el rendimiento es más que suficiente en ciudad y en carretera. Ahora bien, es en el ámbito urbano donde más brilla este modelo.
A pesar de que hablamos de un vehículo voluminoso y razonablemente pesado, no son factores que den pie a una conducción torpe o incómoda, sino todo lo contrario. La respuesta del motor y la dirección se asemeja más a la de un SUV y, con un radio de giro de 11 metros, la maniobrabilidad es sobresaliente en lugares estrechos.
Asimismo, al trasladar la prueba del Volkswagen ID. Buzz a la carretera, noto una gran suavidad en todo momento. La suspensión filtra adecuadamente las imperfecciones del asfalto, los asientos son cómodos y el aislamiento del interior es notable. Además, en zonas de curvas, no noto una gran inclinación de la carrocería, gracias a la baja posición de las baterías.
Y hablando de baterías, con su capacidad y con un coeficiente aerodinámico de 0,285, la autonomía de este modelo se encuentra en torno a los 418 kilómetros. Esto, con un consumo homologado de entre 20,5 y 21,7 kWh/100 km según el ciclo WLTP, aunque en mi caso he estado más cerca de los 22 kWh.
Sea como fuere, no son malas cifras para un vehículo de estas características. Además, con una carga máxima permitida de 170 kW, la idea es que el uso en el día a día del ID. Buzz sea más cómodo: según Volkswagen, esto permitirá pasar del 5% al 80% en unos 30 minutos. Asimismo, a esto se sumarán además características que llegarán en el futuro, como las cargas bidireccionales.
Conclusión y precios
Llegando ya al final de mi tiempo con este peculiar eléctrico, mi opinión es clara. Hay cosas que mejoraría, como el tamaño del cuadro de instrumentos y los botones hápticos del volante y la zona de la pantalla central, que no me terminan de convencer. Ahora bien, son detalles comunes en varios coches de la marca y, en cuanto a lo específico de este modelo, no tengo grandes quejas.
Quizás, lo único que puede suponer una desventaja es el propio precio del Volkswagen ID. Buzz. En el caso del PRO, arrancará en 61.480 euros sin ayudas, mientras que el Cargo partirá de 56.140 euros. Con estas cifras, no estará al alcance de todos, aunque ya está triunfando en partes de Europa. En España, sin embargo, no llegará hasta finales de este año o comienzos de 2023.
Fuente: Topgear.es