El Hyundai Kona es uno de los productos más importantes de la marca coreana, ya que desde su lanzamiento hace ya algo más de tres años le ha servido para hacerse un importante hueco en el segmento de los B-SUV, uno de los más disputados del mercado. Ahora, Hyundai actualiza el Kona a mitad de su vida comercial.
El Kona recibe un diseño más moderno para su frontal, con una parrilla de nueva factura y grupos ópticos que, si bien mantienen su apariencia partida, mejoran su aspecto con unas formas más agradables. Son nuevos también los paragolpes tanto delantero como trasero, así como la forma y disposición de los pilotos posteriores.
En el interior los cambios son menores, aunque contribuyen, en conjunto, a mejorar la imagen del modelo asiático. Así, nos encontramos con nuevos tapizados, nuevos materiales de revestimiento y un nuevo diseño para elementos como los posavasos o los aireadores. El mayor cambio, sin embargo, hace referencia a la instrumentación, hasta ahora analógica, que es sustituida por un panel completamente digital de más de 10 pulgadas.
Por si fuera poco, Hyundai introduce un nuevo acabado, denominado N Line, que se centra en potenciar la deportividad del conjunto, con un aspecto exterior más llamativo y un interior con toques en color rojo que realzan la sensación de dinamismo de un SUV que, en este acabado, recibe además una suspensión rebajada en altura.
Mecánicamente el Kona mantiene sus opciones tanto diésel como gasolina, así como las versiones híbrida y eléctrica. La versión gasolina de acceso, compuesta por un bloque 1.0 de tres cilindros, adopta ahora la tecnología microhíbrida para recibir la etiqueta ECO de la DGT y mejorar sus cifras de consumo y rendimiento. Para los amantes de las prestaciones, el Kona mejora las prestaciones de su motor más potente, un bloque 1.6 turbo que pasa a ofrecer casi 200 CV.
Fuente: La Sexta