Hace unos años, si pensaba en un SUV, era el CR-V el primero que me venía a la cabeza. Hoy en día, esa aparición puede verse nublada debido al enorme número de todocamino que copan el mercado. Quizá después de realizar la prueba del Honda CR-V 2019 1.5 VTEC 4×4 173 CV, el modelo japonés vuelva a estar presente en mis pensamientos…
Y es que mucho ha cambiado, tanto el coche, como el mundo de la automoción desde que se presentase la primera generación; con esta última son cinco. De la famosa dupla gasolina y diésel, se ha pasado a la nueva pareja compuesta por bloques híbrido y gasolina, desterrando los de gasóleo. Además, ahora los coches adoptan mucha conectividad, asistentes de seguridad y ligeros coqueteos con los asistentes autónomos. Y todo eso, el Honda CR-V lo tiene.
Prueba Honda CR-V 2019 1.5 VTEC 4×4 173 CV (8)
Su diseño exterior ofrece una imagen renovada, sin enormes cambios, por lo que sigue siendo reconocible a primera vista. Los faros, la parrilla ‘solid wing’ y los paragolpes son de nueva factura, lo mismo que los pilotos posteriores, que ahora penetran en el portón, y los parachoques, que acogen las salidas de escape. Asimismo, el voladizo trasero es más corto y los pasos de rueda son más anchos para montar llantas de hasta 19” pulgadas. Lo que ha crecido es la batalla, 30 mm, para ofrecer mayor espacio a bordo.
Y será por espacio… Lo pasajeros de las dos filas cuentan con un hueco destacado. Lo compruebo cuando me acomodo en los asientos traseros, en los que hay muchísimo espacio para las piernas y también para la cabeza. Además, la plaza central es bastante cómoda y el túnel de transmisión, bajo. A pesar de que el maletero cubique 28 litros menos que en la generación anterior, la capacidad de carga que tiene el coche de la prueba, el Honda CR-V 2019 1.5 VTEC 4×4 173 CV, también es significativa en su clase: 561 litros.
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El habitáculo del SUV japonés adopta materiales acolchados y plásticos blandos. Además, la calidad percibida es bastante buena. Lo que sí me hubiese ahorrado son las molduras que imitan a madera, bastante pobretonas. ¿Lo bueno? Que puedes optar por unas en color plata. ¿Lo malo? Que tendrás que pagar por ellas 350 euros. Respecto a la consola del CR-V, he de decir que me ha dejado una sensación agridulce. Por suerte equipa bastantes botones físicos. Por desgracia, para activar o desactivar algunas funciones, como por ejemplo los modos del climatizador, es necesario navegar por el menú de la pantalla táctil.
Para la prueba del Honda CR-V 2019 he optado por el motor de acceso a la gama, el 1.5 VTEC 4×4 de 173 CV. Y de acceso es, pero potente, también. Porque empuja con mucho brío, sobre todo desde las 2.000 rpm (entrega todo su par, 220 Nm, desde las 1.900 y hasta las 5.000 rpm). Acompaña un excelente cambio manual de seis velocidades, exquisito en su funcionamiento por su rapidez, precisión y resistencia. Además, la palanca es cortita, elevada y está muy a mano. ¡Perfecto!
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La dirección es rápida y tiene buen tacto, mientras que la suspensión es muy cómoda y absorbe muy bien las irregularidades y los badenes de la calzada sin balancear en exceso la carrocería. Además, y a pesar de su altura y peso, se muestra ágil en curva.
El Honda CR-V 2019 1.5 VTEC 4×4 173 CV de la prueba tiene un precio de 29.950 euros e incluye un generoso equipamiento de serie compuesto por: faros y luces traseras LED, climatizador automático dual, sistema de seguridad activa Honda Sensing, retrovisor con función marcha atrás y Honda Connect con Navegador Garmin, entre otros elementos. Me parece una cantidad ajustada para el coche que es y lo que ofrece. ¿Quieres ahorrar algún euro más? Desde 28.750 euros tienes el mismo motor, eso sí, con tracción 4×2 y menos equipamiento.
Fuente: AutoBild