La automotriz china Lifan anunció que mantendrá sus operaciones en el país, y que esperará por la reactivación del mercado brasileño para volver a producir vehículos en su planta industrial de San José durante 2020.
Hace unos 15 días regresó al país el presidente de Lifan Uruguay-Brasil, Kevin Lau con buenas noticias desde la casa matriz. “Se ha confirmado la voluntad de Lifan China de permanecer en el país y de no irse, que es lo que se pudo haber planteado el año pasado por los nubarrones que había en la región y porque es una planta que ha estado enfocada exclusivamente a la exportación a Brasil”, dijo esta semana en la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados el directivo de la empresa Gustavo Gauthier.
La firma esperará ahora a cómo evoluciona la venta de vehículos en los mercados de la región. En los primeros meses del año la comercialización de automóviles cero kilómetro en Brasil (principal cliente) tuvo un leve repunte de entre 10% y 15%, pero todavía no es suficiente para que la planta pueda reactivarse. Para retomar la actividad en condiciones viables se necesita estabilidad de producción y un volumen de 3.000 unidades en el año.
A su vez, para buscar incentivar las ventas se está tratando de lograr en Brasil una asociación comercial con un distribuidor importante, para extender la red de ventas y potenciarlas, explicó la firma. Algo similar hizo en su momento la empresa china Chery, que logró una alianza comercial con un gran distribuidor y eso potenció las ventas en forma importante.
Además, el presidente de Lifan Uruguay fue designado presidente de Lifan Brasil y eso implica que toda la operación de Argentina y Uruguay esté bajo la misma estrategia.
Aunque es algo lejano todavía se piensa en la posibilidad de vender a Argentina. La marca china llegó a ese mercado en 2016 y comenzó a comercializar unidades armadas en el país asiático en volúmenes bajos respecto a Brasil. Podría ser una alternativa en el futuro, pero desde el punto de vista de la competividad, fabricar el producto en China aun luego de pagar todos los aranceles sigue siendo más conveniente.
Gauthier explicó que hay también “un desafío” que es tratar de subsistir este año, porque la directiva de Lifan China quiere que su filial en Uruguay sea autosuficiente para solventar los gastos de la planta que está parada. En ese sentido, se busca cerrar algún contrato con armadores de otras marcas, ya sea para armar motores o vehículos en la planta de San José y con trabajadores de Lifan. También se está analizando arrendar parte del predio de San José para depósito logístico en el caso de los galpones o para depósito de camiones en el caso de las explanadas.
Por otro lado, la firma solicitó a los legisladores que se conceda una nueva prórroga de seguro de paro para 14 trabajadores de Anikto S.A que es la propietaria de la fábrica de motores. Ya se vencieron los 12 meses de una primer extensión. Hay otros 100 operarios que son de la planta de ensamblado de vehículos (Besiney S.A) y que también están seguros. En dos meses vencerá el año de prórroga.
Previo al primer cierre de la planta en 2015, tras el derrumbe del mercado brasileño la empresa alcanzó una producción anual de 6.400 vehículos. La planta volvió a funcionar en 2017 con una meta anual de 1.700 vehículos. Finalmente en agosto del año pasado cerró sus puertas golpeada por la pérdida de competitividad y el descenso de sus ventas.
Las exportaciones de automóviles y utilitarios suman US$ 26 millones en el primer semestre del año, según datos aduaneros. Las colocaciones de la industria automotriz tuvieron un fuerte crecimiento en 2018 y alcanzaron su mejor nivel de los últimos años. El aumento fue impulsado por una mayor producción y una mejora del precio de venta de los vehículos.
Fuente: El Observador.com.uy