Hace apenas un mes Volkswagen develó la octava generación del Golf, un auto que con 45 años en el mercado ha dejado huella no solo por sus 35 millones de unidades vendidas, ni por ser hoy el auto más comercializado de Europa. Tampoco por tratarse de un ícono que ha roto los límites de la edad y de la moda. El Volkswagen Golf es, a estas alturas, un clásico que ha aportado tecnología, diseño y estilo.
Uno de los integrantes de la gama que mejor simboliza todos aquellos atributos, es el Golf GTI Mk1, un auto que en su minuto encabezó la rebelión mundial de los tracción delantera.
En Santiago se esconde uno de esos de la primera camada, y verlo circular no deja de ser llamativo porque hay cosas que derechamente no cuadran. Es un auto pequeño y con forma de bototo, pero proyecta un sonido ronco que inspira respeto. Algunos podrían creerlo viejo, sin embargo, es más despierto que muchos de los nuevos que deja atrás en los semáforos.
Este Golf GTI de primera generación es el iniciador de un gran cambio en la industria en la segunda mitad de la década del 70 y hoy -con sus 40 años- sigue generando reacciones a su paso. “La gente se divide entre esos que lo ignoran, básicamente porque no lo conocen, y aquella que le toma fotos y me felicita. Son personas que saben que es un modelo muy buscado”, cuenta Vicente Brunet (41), ingeniero civil electrónico de profesión, quien sin proponérselo, en 2007 dio con esta unidad exclusiva en Chile y se embarcó en un largo proyecto de restauración.
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Ficha técnica Volkswagen Golf GTI Mk1:
- Motor: Del. transversal / Inyección mecánica / 4 cil. en línea / 1.588 cc
- Potencia: 110 Hp a 6.100 rpm
- Torque: 140 Nm a 5.000 rpm
- Transmisión: MT 4 velocidades
- Tracción: Delantera
- Vel. máxima: 182 km/h
- 0 a 100 km/h: 9,1 segundos
- Largo: 3.980 mm
- Ancho: 1.650 mm
- Alto: 1.395 mm
- Batalla: 2.450 mm
- Peso: 810 kg
- Ruedas: 175/70R13
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El Golf GTI (Gran Turismo Injection) llegó solo al final y como guinda de la torta para el modelo convencional que había debutado en Ginebra en 1974 con la misión titánica de relevar al archiconocido Escarabajo. Así, los ingenieros de Wolfsburgo pasaron de un motor trasero a uno delantero -se vendió en 1.1 y 1.5 litros-, cuidando de cada detalle.
Mientras la ingenería fue genuinamente alemana, el diseño recayó en el italiano Giorgetto Giugiaro. Cuando el pastel ya había cuajado y el Golf era un éxito en ventas, Volkswagen puso el último toque de detalle. El GTI debutó con un bloque 1.6 de inyección Bosch que doblaba en potencia a su hermano de acceso (tenía solo 50 Hp). Para diferenciarlo, la marca lo dotó de adhesivos laterales específicos, emblemas GTI y un borde rojo en la parrilla, todos detalles que los seis sucesores han mantenido hasta hoy.
Más allá de lo estético, el Golf GTI vino para poner sobre la mesa las prestaciones deportivas antes reservadas para los vehículos de tracción trasera, de mucho mayor precio. ¿Cómo lo hizo? Este agitador dentro de los hatchbacks marcaba sobre la balanza apenas 810 kilos y contaba con un motor aspirado de cuatro cilindros más que destacado para la época. “What Golf? Economy, Standard, Performance? Who else offers you such choice in one model?”, rezaba uno de los anuncios de la gama Golf dirigido al mercado inglés que, en paralelo pero enfocado esta vez en el nuevo tope de línea, también sacaba lustre a la eficiencia con el eslógan “más lento en agotar el estanque, pero más rápido en el 0 a 100 km/h”. La variedad de la gama Golf había dejado off-side a la competencia.
A tal punto llegó el éxito del GTI, que con su arribo al mercado fundó el segmento de los hot hatch, donde hoy participan los deportivos de tracción delantera que rondan los 300 caballos. Honda, Subaru, Opel, Renault, Peugeot, Seat, Ford y, por supuesto, Volkswagen animan ese actual lote de los más despeinados.
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“Tengo que ser sincero, a mí siempre me gustó el Golf Mk2 y anduve harto tiempo detrás de uno. Fui a ver varios, pero en general estaban re malos”, dice Brunet, mientras le toma fotos a su auto y añade que lo cuida con cariño, que lo tapa con lona y lo estaciona bajo techo.
¿Y si no buscaba al precursor, por qué lo encontró? “En 2007 trabajaba en CCU, por calle Holanda. Veía este Mk1 botado debajo de un árbol. Pasaron dos meses en que no se movió. Estaba lleno de hojas, era una escena bien triste. Un día pregunté en conserjería de un edificio si acaso conocían al dueño. Me dieron su número, hablé con él y lo compré. Pagué $ 1.400.000, pero el auto había que rehacerlo entero”, cuenta este amante tuerca que detalla entre risas que hoy acelera sin problemas en las autopistas. “Antes me daba miedo, porque quedaba en pana en cualquier parte”, precisa.
Sobre el tiempo que le ha tomado y el dinero invertido, Brunet dice que lleva sobre $ 10 millones, pero que el trabajo aún no ha concluido. “Los repuestos están. Los encargo a Alemania o Inglaterra y llegan. El problema es que de repente vas a arreglar algo chiquitito y al final sales con que también hay que cambiar otra cosa. Así te pasas. Ahora me di cuenta de que faltan los parasoles…”.
Vicente Brunet abre el capó de su GTI y muestra una chapa original remachada a la carrocería. El grabado da cuenta del año de ensamblaje y del país de origen: ‘1979, West Germany’. El mundo era diferente y varias cosas han cambiado, pero no la tradicional impronta de un Golf con grilla de líneas rojas y las míticas siglas ‘GTI’. MT
Fuente: La Tercera