Ford había anunciado en abril de 2018 que abandonaría la producción de sus sedanes para favorecer las SUVs, crossovers y pickups. El plan incluía la revitalización de un modelo tan importante como la Ford Explorer, que llegaría como un vehículo completamente nuevo al final de 2019. Sin embargo, un lanzamiento muy problemático del esperado modelo fue seguido por resultados de ventas alarmantemente pobres. En diciembre de 2019 la Explorer vio una baja en sus ventas del 15% y cerró 2019 con una caída total del 26% en relación a las ventas de 2018. Esta es una noticia desastrosa para una compañía que busca ganar terreno entre compradores de SUVS, y Ford asegura que la caída se debe a problemas en la producción del modelo.

En una entrevista con Chicago Tribune, Kelli Felker una vocera del fabricante aseguró que el alcance del ritmo de producción regular de la Explorer tardó mucho más de lo esperado. Una de las razones de este retraso fue una reestructuración de $1,000 de la planta de ensamblaje de Ford en Chicago donde se construye el modelo, la cual fue terminada justo antes del inicio de la producción de la Explorer 2020 en junio de 2019. Felker dijo que las renovaciones retrasaron el alcance de las metas de volumen y calidad.

En septiembre se descubrió que Ford había estado transportando ejemplares terminados de la Explorer 2020 desde Chicago, hasta sus instalaciones de Flat Rock en Michigan, a fin de resolver problemas de calidad y de producción. En aquella oportunidad Jennifer Flake, también vocera de Ford, declaró al Chicago Tribune que para cualquier fabricante era rutinario hacer mejoras en unidades de pre-producción así como en vehículos nuevos. Felker dijo que no todos los vehículos necesitan reparaciones, pero todos debían “ser inspeccionados para determinar si necesitaban ser reparados”.

Fuente: Latino.motor1.com