El mercado de las pick up había crecido un 20 % con relación al mismo periodo de 2019. Hasta la fecha mencionada se habían comercializado 13.627 unidades, lo cual indica la buena salud de este segmento en el que las marcas reinantes son Nissan (NP 300 Frontier), Toyota (Hilux) y Renault (Alaskan / Duster Oroch).
Hay otros fabricantes que han visto oportunidad de participación en este apartado y ponen sus productos a consideración del público, como la ítalo norteamericana RAM y la china Foton, con dos vehículos que en apariencia sirven para lo mismo, pero que tienen vocaciones distintas.
Enfoque familiar
El RAM 1000 nació originalmente como Fiat Toro en Brasil, donde fue diseñado y creado, pero en mercados como el nuestro FCA decidió bautizarlo con el nombre de sus camionetas más poderosas, RAM, que tienen más arraigo como vehículos de trabajo. Para Mercosur sigue llamándose Fiat Toro.
¿Cómo es?
Se trata de un pick up de doble cabina con vocación más urbana, pues tiene tracción delantera y su tamaño es más bien compacto, por lo tanto es una oferta relativamente nueva. Para darse una idea, su único rival en el mercado nacional es la Renault Duster Oroch, que también se hace en Brasil. A Colombia llega con un único nivel de equipamiento, denominado Bighorn
La motorización corre por cuenta de un propulsor de origen Fiat denominado e.TorQ Evo de cuatro cilindros, 1.8 litros, 16 válvulas, 130 caballos, 172 Nm de torque y caja automática de seis velocidades con mando secuencial y paletas en el volante.
Por fuera tiene un agresivo diseño frontal con luces en dos niveles e iluminación diurna mediante ledes. Tiene protectores plásticos en guardafangos y en los bajos, así como barras de techo funcionales. El platón tiene capacidad para albergar 820 litros u 650 kilos de carga efectiva y tiene un curioso modo de apertura, con dos compuertas que abren por separado y hacia los lados, sacrificando la extensión que proporciona un portón convencional, pero a su vez facilitando el montaje de la carga. Unas por otras. La capacidad de arrastre es de 400 kilogramos.
En el interior, casi todo el tablero es copiado del que se ve en el Jeep Compass, indicando el aire de familia con los productos de FCA. La calidad de los terminados sorprende bastante, pues están a la altura de un sedan o un auto familar, no luce como un vehículo de trabajo. Hay despliegue de cuero en el volante, que es multifuncional y regulable en altura y profundidad. El climatizador es bizona y la consola central va coronada por una pantalla de reducidas dimensiones (solo cinco pulgadas), con sistema multimedia Uconnect que incluye la cámara de reversa.
En general, la sensación de calidad de la cabina es más que buena y la comodidad superior a la de otros pick up, más parece un SUV. En seguridad y para el nivel de precios ($89,9 millones), queda debiendo, con solo dos airbags, aunque tiene mitigador electrónico contra volcaduras, control de estabilidad y asistente de arranque en pendientes.
En marcha
La dirección, con asistencia eléctrica, es sumamente suave y la calidad de rodaje es muy buena en tramos urbanos y vías bien asfaltadas gracias a la suspensión delantera independiente y la trasera con brazos tipo Multilink. La insonorización es superlativa y aísla perfectamente los ruidos del motor y el exterior.
La entrega de potencia es buena siempre y cuando marchemos por terrenos planos y de poca exigencia, donde se comporta como si fuera un automóvil pero con las ventajas de un carro alto y de platón. En subidas pronunciadas el motor se fatiga y hay que ayudarle manualmente con la caja para mantener un buen ritmo, lo cual redunda en la economía de combustible, que se cae hasta los 32 kilómetros por galón en promedio.
Los frenos, con discos delanteros y tambores traseros, se sienten un poco esponjosos pero resisten bien el uso y no acusan fatiga.
Esta RAM 1000 es una buena propuesta para quien realiza trayectos urbanos o por autopistas sin mucha exigencia, necesita el uso del platón y a la vez un vehículo en el que se pueda transportar una familia con toda comodidad y un apreciable nivel de equipamiento.
Foton Tunland S
Esta pick up doble cabina está enfocada al trabajo más que al uso familiar. Es de origen chino, con ensamble nacional desde 2015 en una planta que tiene la marca en Funza, Cundinamarca. El precio es de $93.9 millones.
¿Cómo es?
Presenta un diseño renovado, más propio y alejado de la “apariencia Toyota” que tenía el modelo anterior. Esta movida por un motor ISF Diesel de origen Cummins, cuatro cilindros con 2.8 litros de desplazamiento y 161 caballos, 360 Nm de torque disponible desde las 1.800 vueltas, tracción total 4×4 con bloqueo de diferencial y caja manual de cinco velocidades firmada por Getrag.
El salto en calidad es evidente y en apariencia ha ganado bastante gracias a una enorme persiana frontal cromada y a las luces diurnas tipo LED, así como las exploradoras. Tiene llantas 265/65 en rines de 17 pulgadas, suspensión delantera con brazo doble delantero y de ballestas atrás. La dirección tiene asistencia hidráulica. El platón puede albergar una tonelada de carga y la capacidad de arrastre es de 2.500 kilogramos
El interior muestra un nuevo tablero de instrumentos y materiales que generan sensación de calidad, con plásticos duros de buena presentación, incluyendo aluminio pulido en algunas molduras y asientos en eco cuero. El volante es multifuncional y la pantalla multimedia es táctil de siete pulgadas, curiosamente solo opera con sistema Car Play. El audio es MP5 con entrada Bluetooth y el climatizador es digital. En seguridad tiene dos airbags y cámara de reversa.
En marcha
Este tipo de vehículos, enfocados más a lo comercial, ofrecen una experiencia distinta de conducción, más “artesanal” y que recuerda los antiguos modelos de pick up. El motor es sonoro más no ruidoso, es decir, que el sonido del Diesel no molesta en demasía. La caja mueve muy bien la camioneta, pues es corta y precisa y aprovecha su abundante torque para salir de las situaciones más comprometedoras.
La calidad de marcha está dada por la firmeza de la suspensión.Es un vehículo de trabajo y aunque esta Tunland resulta más suave y amplia que algunas de sus competidoras, igual se sienten mucho las imperfecciones del camino.
Echamos en falta aditamentos que ya para estos vehículos deben ser imprescindibles, como el control de tracción, el asistente de arranque en pendientes y, claro, el control electrónico de estabilidad. Esto haría el manejo más seguro pues con el volcó descargado no se pueden tener muchas alegrías en el manejo sobre todo en curvas, so pena de tener un derrape. Así mismo, al tomar pendientes con desnivel las ruedas traseras patinan con facilidad. Los frenos, firmados por Bosch, de disco adelante y tambores atrás son de muy buen agarre con gran eficiencia para detener este aparato.
Fuente: El Colombiano