Tres grandes automotrices dijeron el miércoles que formarán un consorcio para coordinar la redacción de normas de seguridad de vehículos de conducción automatizada, en una iniciativa que eventualmente podría ayudar a establecer las regulaciones de la tecnología en Estados Unidos.
General Motors Co, Ford Motor Co y Toyota Motor Corp dijeron en un comunicado que unirán fuerzas con el grupo de ingeniería automotriz SAE International para establecer los principios de seguridad de los vehículos autónomos, a fin de “colaborar en la información sobre el desarrollo de normativas”.
El grupo también “trabajará para avanzar en pruebas de conducción seguras”, añadió.
Las autoridades en Estados Unidos han estado lidiando con la forma de regular los proyectos de autos automatizados, mientras otras naciones les siguen de cerca para ver cómo se resuelve la implementación de esta tecnología emergente.
El año pasado, legisladores estadounidenses desecharon un proyecto de ley destinado a acelerar la llegada de vehículos sin conducción humana a las autopistas, aunque podrían reanudar sus esfuerzos más adelante este año.
El nuevo grupo, denominado Consorcio de Seguridad de Vehículos Automatizados, comenzará por fijar prioridades, con un enfoque en el intercambio de datos, la interacción de vehículos con otros usuarios en carreteras y pautas para llevar adelante pruebas seguras.
El mes pasado, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados UNidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) consultó al público si a los vehículos de conducción automatizada deberían permitírseles ingresar a las vías sin manubrios o pedales de frenos, en un intento por crear las primeras normativas legales para su diseño.
Las actuales normas de la NHTSA prohíben la circulación de autos sin control humano. El regulador comparará por primera vez a vehículos que toman todas las decisiones de conducción mediante una computadora frente a la conducción humana, aunque existen crecientes preocupaciones respecto a la seguridad de la tecnología.
Fuente: La Tercera